
La detección de agua líquida bajo la superficie de Marte, a profundidades de entre 11 y 20 kilómetros, ha cambiado la comprensión del planeta rojo. El proyecto InSight de NASA confirmó la presencia de agua líquida en fracturas minerales de la corteza marciana. Si toda esta agua se liberara a la superficie, Marte podría estar cubierto por un océano de aproximadamente un kilómetro de espesor. La exploración de estas profundidades plantea desafíos tecnológicos y éticos, como la posible contaminación de ecosistemas marcianos hipotéticos.