
El cambio climático ha aumentado las olas de calor, y en 2023, España fue el segundo país europeo con más muertes por el calor. Los perros y gatos no sudan como los humanos y pueden sufrir golpes de calor a partir de 32°C. Los síntomas incluyen jadeo excesivo, enrojecimiento de las encías y mucosas, taquicardia, temperatura elevada, vómitos, diarrea, desorientación, debilidad o colapso. Para mantener a los animales frescos, es importante no dejarlos en el coche, asegurarse de que tengan sombra y agua fresca, evitar paseos en las horas más calurosas, utilizar paños húmedos o zonas de baño, y proporcionar mantas refrescantes. Los animales con pelaje más oscuro o denso, sobrepeso o edad avanzada son más propensos a sufrir por las altas temperaturas.