
Un estudio publicado en la revista Frontiers in Physiology, liderado por Paul J. Arciero, encontró que el momento del día en que se realiza el ejercicio físico puede condicionar los beneficios obtenidos, variando entre hombres y mujeres. 56 adultos activos y sanos, de entre 25 y 55 años, realizaron un mismo programa de entrenamiento durante 12 semanas, con la única diferencia en el horario de entrenamiento, por la mañana (6:00-8:00 h) o por la tarde-noche (18:30-20:30 h). Las mujeres que se ejercitaron por la mañana redujeron un 7% más de grasa abdominal y tensión arterial, mientras que las que entrenaron por la tarde obtuvieron mayores beneficios en fuerza del tren superior, estado de ánimo y control del apetito. Los hombres que entrenaron por la tarde-noche mostraron una reducción mayor en la presión arterial y oxidación de grasas.