
El tétanos es una infección grave causada por la bacteria anaerobia Clostridium tetani, que se encuentra en el entorno, la tierra, el polvo o las heces. La enfermedad no está relacionada con el óxido en sí, sino con las bacterias que pueden alojarse en objetos contaminados. La bacteria puede infectar el cuerpo a través de heridas abiertas, especialmente si son profundas. La toxina tetánica, llamada tetanospasmina, bloquea los impulsos nerviosos e impide que los músculos se relajen, provocando espasmos intensos. La mejor forma de evitar el tétanos es mantener al día el calendario vacunal. En 2019 se estimaron unos 74.000 casos anuales en el mundo, con alrededor de 35.000 muertes por la infección. La media anual en Estados Unidos ronda los 30 casos, casi todos en personas sin vacunación o con dosis de recuerdo desactualizadas.