
La placenta se ha convertido en una tendencia viral impulsada por influencers y celebridades, que la consumen, la encapsulan o la convierten en arte. Un estudio etnográfico que examinó 179 culturas tradicionales no halló evidencia de que comer placenta fuera una costumbre extendida entre humanos. La comunidad médica advierte que no hay pruebas sólidas de que la ingesta de placenta aporte beneficios a la salud, y que puede reintroducir bacterias peligrosas al cuerpo. La doctora Oluwatosin Goje subraya que consumir placenta puede ser peligroso, especialmente en mujeres lactantes.