
La Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación (ANSES) de Francia ha desaconsejado el uso de productos derivados de la soja en la restauración colectiva debido a la presencia de isoflavonas, que pueden interactuar con los receptores hormonales del cuerpo humano. La medida establece límites concretos para el consumo de estas sustancias: 0,02 mg/kg al día para la población general y 0,01 mg/kg en casos sensibles. Sin embargo, muchos investigadores han expresado reservas sobre la solidez científica de la recomendación, ya que la mayoría de los estudios se han realizado en animales y no han encontrado evidencias concluyentes de efectos endocrinos negativos asociados al consumo de soja en humanos.