
Un grupo de investigadores ha diseñado bacterias intestinales capaces de neutralizar el mercurio, un metal tóxico que se acumula en la cadena trófica marina. Estas bacterias, modificadas genéticamente, fueron probadas en ratones y mostraron resultados contundentes, expulsando gran parte del contaminante en pocos días y evitando que llegara a órganos clave como el cerebro o el hígado. El estudio también analizó la efectividad de estas bacterias en escenarios de exposición moderada pero sostenida, mediante una dieta rica en atún rojo, y encontró que la presencia de metilmercurio se redujo drásticamente.