
Chris Hilson, profesor de la Universidad de Reading, presentó un informe que muestra una reducción del 44% en el contenido de azúcar en las bebidas desde la introducción del impuesto. Se sugiere extender este enfoque a la sal, ya que reducir su ingesta puede disminuir la incidencia de enfermedades como la hipertensión arterial y las enfermedades coronarias. El consumo de sal es difícil de medir, pero se estima que el 70% de la sal consumida proviene de alimentos procesados. Un impuesto a la sal podría ser efectivo en mejorar la salud pública.