
La Organización Internacional del Trabajo calcula que 289 millones de jóvenes a nivel global no estudian ni trabajan, lo que se traduce en una pérdida de potencial económico y un impacto duradero en los jóvenes afectados. La cifra ha aumentado en los últimos años, con un 21,7% de jóvenes desempleados y sin estudiar ni recibir formación en 2025. Expertos como Gilbert F. Houngbo y Jeff Bulanda atribuyen el problema a la precariedad laboral y la falta de adaptación del mercado laboral a la juventud. En España, se estima que hay un millón de jóvenes 'ninis', y la situación es similar en Europa, donde los empresarios tienen dificultades para encontrar personal cualificado.