
El nuevo Papa, León XIV, se enfrenta a un desafío financiero en el Vaticano, con un déficit presupuestario que ha crecido durante el pontificado de Francisco I. El Vaticano tiene un fondo de pensiones con un pasivo millonario y un déficit operativo de 83 millones de euros en 2023. La Iglesia estadounidense es el mayor contribuyente a la sede central, con una contribución de 13,6 millones de euros en 2023. El nuevo Papa debe mejorar la supervisión y transparencia de las finanzas y afrontar el déficit de la Santa Sede.