
La carrera espacial entre Estados Unidos y la Unión Soviética implicó el uso de animales como cobayas, incluyendo perros, monos, ratones, gatos y tortugas. Laika, una perra callejera, fue la primera criatura terrestre en orbitar el planeta en 1957. Más de una docena de simios fueron lanzados por Estados Unidos entre 1948 y 1961, con tasas de supervivencia ínfimas. La contribución de estos animales fue decisiva para entender cómo se comporta el cuerpo vivo en condiciones extremas, pero su trato y muerte han generado polémica y críticas éticas.