
La atmósfera terrestre ha evolucionado durante millones de años para ofrecer condiciones necesarias para la vida. Sin embargo, según estudios científicos, el equilibrio entre la producción y el consumo de oxígeno se romperá en el futuro lejano, principalmente por causas naturales y el cambio climático. El Sol continuará calentándose, afectando la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera, lo que interrumpirá la fotosíntesis y la principal fuente de oxígeno. La Tierra podría comenzar a perder su oxígeno en aproximadamente mil millones de años, regresando a una atmósfera parecida a la de la era Arcaica, con niveles de oxígeno un millón de veces menores que los actuales. La mayoría de las especies actuales no podrán sobrevivir, pero microbios anaerobios podrían continuar existiendo.