
Los océanos están sufriendo una transformación silenciosa y peligrosa debido a la acidificación, que se acelera a niveles que preocupan a la ciencia. Un grupo de expertos de Reino Unido y Estados Unidos ha difundido hallazgos recientes que exigen respuestas inmediatas. La causa principal de esta amenaza proviene del aumento de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, que altera la química del mar, volviéndolo más ácido. Esto tiene efectos devastadores sobre organismos que necesitan carbonato de calcio para formar conchas y esqueletos, como corales, moluscos y parte del plancton. Un 60% de las aguas profundas y un 40% de las aguas superficiales ya se encuentran muy cerca o han superado el umbral considerado seguro. Los investigadores alertaron que se trata de una crisis ambiental y una bomba de tiempo económica. La supervivencia de especies marinas y la estabilidad de industrias clave podrían pender de un delicado equilibrio químico. La acidificación comenzó a detectarse tras la Revolución Industrial, y hoy los registros muestran una acumulación de CO2 que ha modificado profundamente la composición química de mares y océanos. Los expertos proponen endurecer los parámetros de seguridad, bajando el umbral a una reducción del 10% de aragonito, para proteger mejor a los organismos marinos más sensibles. Se necesitan políticas locales de manejo sostenible que complementen los esfuerzos globales, y restaurar hábitats de carbono azul, como manglares, praderas marinas y bosques de algas, que funcionan como amortiguadores naturales de la acidez y refugios de biodiversidad.