
Un equipo de investigadores estudió fogones prehistóricos en Ucrania, datados entre 23.000 y 21.000 años atrás, y encontró evidencia de tecnología sofisticada para controlar el fuego, alcanzando temperaturas de hasta 600 °C. Los cazadores-recolectores europeos utilizaban el fuego para cocinar, fabricar herramientas y reuniones sociales. Se sugiere que podrían haber utilizado grasa y huesos como combustible, lo que indicaría un nivel elevado de conocimiento de la técnica del fuego.