
Un estudio liderado por Naama Goren, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha demostrado que el transporte de protones en las células está controlado por propiedades cuánticas como el spin del electrón. La investigación se centró en la lisozima, una enzima que se encuentra en lágrimas, saliva y clara de huevo. Los científicos cultivaron cristales de lisozima y los colocaron sobre un dispositivo con electrodos de níquel y oro, inyectando electrones con un determinado espín. El resultado mostró que la movilidad del protón depende del tipo de espín del electrón que atraviesa la proteína. Esto podría explicar la eficiencia extraordinaria de ciertos complejos bioquímicos y abre nuevas líneas de investigación para modular o imitar estos procesos en aplicaciones tecnológicas.