
La Dorsal Mesoatlántica es una cordillera submarina que recorre el océano Atlántico de norte a sur, separando las placas de América del Norte y América del Sur de las de Europa y África. Se formó por actividad volcánica en zonas donde las placas tectónicas se separan, y su tamaño puede ser incluso mayor que el de las montañas terrestres. La dorsal actúa como una especie de 'costura' entre continentes y juega un papel crucial en la dinámica de la Tierra. Fue confirmada en 1853 durante los trabajos para instalar un cable submarino en el Atlántico, y su análisis permitió afianzar conceptos clave como el de la tectónica de placas y la deriva continental. La dorsal tiene una longitud que se extiende desde Islandia hasta enlazar con otras dorsales en los océanos Índico y Pacífico, y su profundidad llega a casi 8.000 metros en la fractura de Romanche.