
En el corazón de África, el Gran Valle del Rift, una zona tectónica activa de más de 3.000 kilómetros, está dividiendo lentamente la placa africana en dos: la placa Nubia y la placa Somalí, a razón de unos pocos centímetros por año. Esto podría redefinir el mapa del mundo en el futuro, creando un nuevo océano y dividiendo África en dos masas: una continental y otra convertida en isla, formada por países como Somalia y Etiopía, rodeados por un nuevo cuerpo de agua. El proceso puede tardar millones de años, pero en regiones como el desierto de Afar, en Etiopía, la ruptura está muy avanzada.