
Un meteorito que impactó en el Chaco paraguayo hace 300 millones de años ha creado un cráter de entre 40 y 50 kilómetros de diámetro, que contiene diamantes, litio y agua dulce. El hallazgo ha generado interés en la región como polo clave en la minería del futuro, pero también plantea desafíos ambientales y políticos. El yacimiento se encuentra dentro de un parque nacional que podría ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, lo que limitaría la explotación minera.