
Un equipo interdisciplinar de arqueólogos, geólogos y forenses ha descubierto en San Lázaro, Segovia, una huella dactilar humana de 43.000 años de antigüedad, dejada por un neandertal adulto en una piedra de granito. La huella se encuentra en un punto rojizo que contiene óxidos de hierro y minerales arcillosos no presentes en la cueva, lo que indica que el pigmento se llevó intencionadamente desde otro lugar. El descubrimiento sugiere que los neandertales poseían una mente simbólica similar a la del Homo sapiens y que eran capaces de crear arte. El hallazgo se ha publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences y ha sido verificado por el arqueólogo David Álvarez Alonso.