
La dopamina es un neurotransmisor que influye en la motivación y el esfuerzo sostenido. Un estudio reciente descubrió que la dopamina actúa sobre la motivación a través de dos receptores diferentes: el D1, que impulsa a iniciar acciones mediante una gratificación inmediata, y el D3, que sostiene el esfuerzo a largo plazo. La autonomía y el sentido también son clave para mantener viva la motivación. Modelos como el ikigai japonés o la logoterapia de Frankl muestran que vivir con propósito mejora la salud y la motivación. La comprensión de cómo actúa la dopamina puede marcar la diferencia entre una motivación fugaz y un compromiso que perdura.