
La migración eslava tardoantigua cambió las costumbres alimenticias en Europa, según un estudio publicado en Journal of Archaeological Science. Los eslavos adoptaron una dieta basada en el mijo y otros cultivos resistentes, lo que favoreció el crecimiento de la población. El estudio analiza restos humanos y animales de yacimientos arqueológicos en Europa Central y del Este, y encuentra que la dieta de los eslavos se diversificó con la incorporación de alimentos autóctonos. El mijo se convirtió en un alimento básico y su cultivo permitió una mayor producción de alimentos, lo que redujo la mortalidad infantil y aumentó la esperanza de vida. El estudio sugiere que la adopción de esta dieta permitió la expansión demográfica de los eslavos y tuvo un impacto duradero en la dieta europea.