
Investigadores como Aya Goldshtein, Omer Mazar y Yossi Yovel estudiaron durante dos años a murciélagos de cola de ratón en una cueva en el valle de Hula, Israel, utilizando rastreadores ultraligeros y micrófonos ultrasónicos. Descubrieron que los murciélagos modifican su estrategia de ecolocalización al volar en grupo, emitiendo sonidos más breves, agudos y débiles para evitar colisiones, a pesar de que el 94% de sus ecolocalizaciones son bloqueadas por el ruido del resto. Esto les permite centrarse en la información más importante, como la ubicación del murciélago más cercano.