
Un equipo internacional de físicos liderado por Gerhard Rempe ha publicado un trabajo que propone una interpretación radicalmente distinta de la interferencia luminosa en el experimento de la doble rendija, sugiriendo que los patrones de franjas se pueden explicar mediante una descripción puramente cuántica basada en partículas de luz y estados brillantes y oscuros, sin necesidad de recurrir al concepto de onda. El experimento, realizado en 1801 por Thomas Young, ha sido una piedra angular para explicar el comportamiento de la luz. Los autores proponen que los estados colectivos de la luz se dividen en tres clases distintas: perfectamente oscuros, superradiantes máximos e intermedios. La teoría se basa en herramientas y principios bien establecidos y no requiere introducir elementos exóticos o especulativos. El trabajo tiene un componente filosófico, ya que pone en duda interpretaciones habituales de la física cuántica como el carácter dual de la luz.