
En el Sahara, arqueólogos del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva descubrieron dos momias de mujeres que vivieron hace 7000 años. El análisis genético reveló un linaje desconocido, que no coincide con ninguno de los linajes humanos conocidos. La comunidad de Takarkori, donde se encontraron las momias, habría sido una rama distinta del ser humano moderno, que se extinguió sin dejar descendencia directa conocida. El estudio encontró que ciertos fragmentos de su linaje aún persisten en el acervo genético de algunas poblaciones del norte de África.