
En 1995, Ignacio Cirac y Peter Zoller publicaron un artículo que sentó las bases para la computación cuántica. Aunque Europa tuvo la ventaja científica, no logró trasladarla a la industria. Empresas como IBM, Honeywell y Google han avanzado significativamente en este campo, mientras que Europa se ha quedado atrás. Investigadores como Juan José García Ripoll atribuyen esto a la falta de innovación y riesgo en el tejido empresarial europeo. Actualmente, empresas como Alpine Quantum Technologies y IQM están trabajando en ordenadores cuánticos, pero su escala no les permite competir con las grandes empresas estadounidenses.