
Un hombre de 48 años, residente en La Rioja, denunció su propio secuestro para evitar explicar a su mujer lo que hacía. La Guardia Civil investigó y encontró contradicciones en su relato, como la falta de barro en su ropa pese a la lluvia intensa. El hombre reconoció que se había inventado la historia para evitar dar explicaciones. La investigación movilizó importantes recursos humanos y materiales, generando un perjuicio operativo y poniendo en riesgo la atención a incidentes reales.