
El 28 de abril, España sufrió un apagón que dejó a muchos sin electricidad. En este contexto, algunos comerciantes aprovecharon la situación para vender productos básicos a precios exorbitantes, como transistores a 50 euros y botellas de agua a precios elevados. Las redes sociales se llenaron de mensajes de indignación y sorpresa por estos precios. Algunos usuarios reportaron que no podían encontrar pilas, linternas y radios a precios razonables, y que algunos comerciantes estaban cobrando precios abusivos por estos productos. La Unión Europea había recomendado anteriormente que los ciudadanos tuvieran un 'kit de emergencia' con objetos como cerillas, navajas multiusos y radios a mano.