
Un apagón eléctrico en la Península Ibérica ha causado la muerte de al menos cinco personas. En Taboadela, Ourense, un matrimonio de 81 y 77 años y su hijo de 56 murieron por intoxicación con monóxido de carbono al utilizar un generador eléctrico. En Madrid, una mujer de mediana edad murió en un incendio causado por una vela encendida. En Alzira, Valencia, una mujer de 46 años falleció al quedarse sin suministro eléctrico para su máquina de oxígeno. Las víctimas murieron en diferentes contextos, pero con un denominador común: la falta de luz desencadenó situaciones fatales.