
La policía de Lice, Turquía, quemó 20 toneladas 766 kilos 679 gramos de cannabis incautado, valoradas en 10.000 millones de liras turcas (227.750.000 euros), lo que provocó una nube tóxica que intoxicó a los 25.000 habitantes de la ciudad, causando mareos, náuseas y alucinaciones. La quema se realizó en el centro de la ciudad, lo que generó una gran humareda que afectó a todos los alrededores. Las autoridades habían incautado la droga entre 2023 y 2024, y la quemaron para deshacerse de ella, pero el método utilizado fue criticado por Yahya Öğer, quien destacó que la destrucción de este tipo de droga debería hacerse en fábricas con filtros para evitar intoxicaciones graves.