
El café descafeinado ya no tiene mala fama gracias a métodos de extracción de cafeína que respetan el aroma y carácter original de los granos. La cafeína es un alcaloide natural presente en el café que actúa como estimulante. Un grano de café contiene entre 70 y 140 mg de cafeína. Existen varios métodos de descafeinización: con dióxido de carbono (CO₂), acetato de etilo, cloruro de metileno y agua. Los métodos con CO₂ y el suizo son los más respetuosos con el sabor. La clave para un buen café descafeinado es usar granos de alta calidad y conservar el aroma. El café descafeinado puede ofrecer notas de chocolate, frutos secos o cítricos dependiendo del origen del grano.