
La industria alimentaria utiliza plásticos que contienen aditivos químicos como plastificantes, que pueden ser perjudiciales para la salud. Un estudio en España encontró que el 85% de 109 alimentos comercializados contenían al menos un plastificante, y que cocinar en microondas o al horno con bolsas especiales puede aumentar la transferencia de plastificantes al alimento. Se estima que la ingesta diaria de plastificantes en adultos y niños puede superar los límites seguros en escenarios de alta exposición. Expertos exigen una regulación más estricta sobre los plastificantes en los alimentos.