
Un equipo de la Universidad de Ottawa liderado por el doctor Robert D. Meade y el profesor Glen Kenny realizó un experimento para determinar el límite de temperatura que el cuerpo humano puede soportar. Los participantes fueron expuestos a temperaturas de 42 grados con una humedad del 57%, lo que equivalía a una sensación térmica de casi 62 grados. Los resultados mostraron que la temperatura interna de los participantes subía sin parar y muchos no pudieron completar las 9 horas de exposición. El estudio concluyó que el margen seguro para la temperatura corporal se sitúa entre 26 y 31 grados, lo que implica que en muchas partes del planeta, las condiciones de vida podrían volverse insostenibles mucho antes de lo previsto.