
Julie Aneca, de 20 años, sintió un dolor de brazo a los 18 años que resultó ser un cáncer óseo en estado avanzado. Tras operaciones, quimioterapia y radioterapia, se le amputó el brazo y se le colocó una prótesis. A pesar del tratamiento, las células malignas no remitieron y la metástasis llegó a los pulmones. Los médicos le comunicaron que su recuperación era prácticamente nula y que probablemente le quedan solo unos meses de vida.