
Un estudio con 45 hombres jóvenes y con obesidad durante 12 semanas encontró que hacer pesas antes del cardio reduce más la grasa total y visceral, aumenta la actividad diaria en 3.500 pasos y mejora la resistencia muscular y potencia explosiva. Los participantes se dividieron en tres grupos: uno de control, uno que hizo pesas antes del cardio y otro que hizo cardio antes de las pesas. Los ejercicios de fuerza incluían sentadillas, peso muerto, press de banca y curl de bíceps, mientras que el cardio consistía en 30 minutos de ciclismo en una bici estática. La Asociación Americana del Corazón apoya el valor del entrenamiento de fuerza para mejorar la composición corporal.