
Más de 70 millones de personas viven con trastornos alimentarios, una cifra que se duplicó en los últimos veinte años. La mayoría de ellas, tres de cada cuatro, son mujeres. La anorexia nerviosa se caracteriza por una restricción extrema de ingesta de alimentos que deriva en un peso corporal demasiado bajo. Los trastornos de la conducta alimentaria no entienden de edad, género, raza, orientación sexual o clase social. El cerebro de anoréxicos y bulímicos es ciego y sordo a todas las evidencias objetivas de peligro. Las redes sociales como Instagram refuerzan modelos inalcanzables de belleza y aumentan el riesgo de trastornos alimentarios. El trastorno por atracón afecta a más personas que la anorexia y la bulimia juntas, y suele estar invisibilizado. Los trastornos de la conducta alimentaria causan más muertes que cualquier otra enfermedad mental.