
El trastorno límite de la personalidad (TLP) afecta al 2% de la población mundial y se caracteriza por una gran inestabilidad emocional y problemas para regular las propias reacciones. La neurociencia señala que la amígdala y el córtex prefrontal están implicados en el TLP, y que alteraciones en neurotransmisores como la serotonina y la noradrenalina podrían explicar la dificultad para gestionar la agresividad o los cambios bruscos de humor. El tratamiento adecuado puede mejorar notablemente los síntomas, y la psicoterapia es la herramienta más eficaz para abordar el TLP.