
La cronofarmacología estudia cómo varía el efecto de los medicamentos según el momento en que se administran. El reloj interno del cuerpo regula los ritmos biológicos y la secreción de hormonas, lo que influye en cómo se procesan los fármacos. Tomar una pastilla por la mañana o por la noche puede suponer que el cuerpo la absorba y la elimine de manera distinta, lo que impacta en su eficacia. Esto es especialmente relevante en enfermedades crónicas, donde la pauta horaria es una pieza esencial del tratamiento. Algunos medicamentos, como las estatinas, resultan más eficaces por la noche, cuando el hígado produce más colesterol. Las vacunas también responden mejor cuando se administran por la mañana. La cronofarmacología puede personalizar los tratamientos según el paciente y el momento exacto de su administración, optimizando resultados y reduciendo riesgos.