
Un estudio de científicos de Israel y EE.UU. siguió a 199 personas sanas de 40 años o más con historia familiar de mal de Alzheimer, antes y después de una Tomografía por Emisión de Positrones (PET) para evaluar su riesgo de sufrir la enfermedad. Los resultados mostraron que, independientemente del resultado, la salud mental se mantuvo estable, pero la gente se volvió menos motivada para mantener hábitos saludables. El estudio sugiere que el conocimiento del riesgo de sufrir Alzheimer no necesariamente lleva a cambios positivos en el estilo de vida. Actualmente, se están desarrollando tratamientos para el mal de Alzheimer, como drogas anti-amiloide, que podrían frenar o hacer más lento el avance del deterioro cognitivo. El estudio destaca la importancia de encontrar formas de mantener motivadas a las personas para prevenir el mal de Alzheimer, ya que hasta el 45% de los casos tienen vinculación con hábitos y estilo de vida que pueden modificarse.