
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no comparecerá en el Congreso hasta el 9 de julio, lo que ha generado malestar entre sus socios de investidura. El PSOE, Sumar y Bildu han cerrado filas para evitar su comparecencia esta semana, argumentando que tiene compromisos internacionales. Sin embargo, Gabriel Rufián, portavoz de ERC, ha denunciado este aplazamiento y ha cuestionado la legitimidad de un presidente que se niega a rendir cuentas ante el Congreso. Otros socios del Ejecutivo, como Podemos, han cargado duramente contra la actitud del presidente, acusándolo de llegar "tarde" y de menospreciar la gravedad del escándalo. La líder de Podemos ha calificado al actual Ejecutivo como un "gobierno de la corrupción". El PNV ha apoyado que la comparecencia de Sánchez se produzca a la mayor brevedad posible, subrayando que esto "no debe dilatarse en el tiempo". La desconfianza es total, y algunos diputados han señalado a Pedro Sánchez por ser "el responsable político de haber confiado en Ábalos y en Santos Cerdán". La comparecencia de Sánchez está prevista para el 9 de julio, lo que ha generado una gran expectación en el Congreso.