
El 13 de junio, Israel lanzó una ofensiva contra Irán, centrada en instalaciones nucleares y mandos militares de alto nivel. La Fuerza Aérea israelí desplegó más de 200 aviones en cinco oleadas, lanzando más de 330 bombas contra casi 100 objetivos. La respuesta iraní fue inmediata y contundente, con más de 150 misiles balísticos y más de 100 drones contra objetivos en Israel. Al menos 24 personas murieron y más de 500 resultaron heridas. El presidente Trump regresó anticipadamente de la cumbre del G7, instando a evacuar Teherán y pidió un 'final real' al programa nuclear persa. La escalada impactó los mercados, con el precio del crudo subiendo y la bolsa global retrocediendo. Las potencias europeas y Japón pidieron moderación, mientras Rusia expresó que Irán tiene derecho a defenderse y China aconsejó prudencia y evacuaciones. La ONU solicitó calma y varios países comenzaron a evacuar ciudadanos de la zona.