La UCO investiga la actividad inmobiliaria de José Luis Ábalos, encontrando un piso en la calle Humilladero de Madrid con una hipoteca de 200.000 euros, valor superior al de compra (161.500 euros). El piso fue alquilado a Koldo García Izaguirre por 950 euros al mes y fue sede de la empresa del hijo de Ábalos, Víctor. La empresa, External Programmes Consulting, está relacionada con la trama de presunto cobro de comisiones ilegales por obras públicas amañadas.
Crítica:El artículo es un ejemplo perfecto de cómo la política y la economía pueden ser un juego de intereses y beneficios personales. La historia de Ábalos y su piso es un reflejo de la corrupción y la falta de transparencia en la política española. Pero, ¿quién no ha tenido un piso con hipoteca superior a su valor de compra? ¡Es como si el artículo estuviera diciendo: '¡Eh, Ábalos, tienes un piso con hipoteca alta! ¡Eso es corrupto!' ¡Claro, porque el resto de los políticos españoles tienen pisos con hipotecas bajas y transparentes! En fin, el artículo es un ejemplo de cómo la prensa puede ser un arma poderosa para desenmascarar la corrupción, pero también puede ser un juego de intereses y beneficios personales.