
Reino Unido ha prohibido la presencia de vehículos eléctricos con componentes chinos en instalaciones militares sensibles, como la base de la Royal Air Force en Wyton, debido a sospechas de espionaje. La senadora estadounidense Elissa Slotkin también ha pedido frenar el ingreso de coches chinos por motivos de seguridad nacional. La medida se debe a la posibilidad de que estos vehículos estén equipados con tecnología capaz de recolectar información sensible.