
Santander, BBVA y CaixaBank advierten a los inversores sobre los riesgos de negocio derivados de la intervención política en el sector financiero. Los bancos destacan que el éxito de las fusiones depende parcialmente de factores políticos fuera de su control. La oposición gubernamental a operaciones corporativas en Europa, como la opa hostil de BBVA sobre Sabadell, y la reticencia de Portugal a una posible adquisición de Novo Banco por entidades españolas, son ejemplos de esta intervención política. Los bancos subrayan que el sector bancario está sujeto a un escrutinio continuo a nivel político, regulatorio y de la competencia.