
La energía nuclear es imprescindible en España debido a la escasa capacidad de interconexiones con Europa y la necesidad de garantizar el suministro eléctrico. El cierre de centrales nucleares podría provocar un aumento del 36% en el precio de la luz y una pérdida de 8.000 millones de euros en ahorros para los consumidores. La prolongación de la vida útil de las centrales nucleares podría ahorrar importantes costes y mantener 28.500 puestos de trabajo. El Gobierno de Pedro Sánchez se muestra reticente a replantear su apuesta por las energías renovables, lo que podría agravar la vulnerabilidad de la red eléctrica.