
España se enfrenta a una situación delicada en cuanto a su sistema energético, ya que es una 'isla energética' con una limitada capacidad de interconexión eléctrica con el resto de Europa, especialmente con Francia. Esto impide una integración fluida en el mercado energético europeo y puede llevar a precios más altos y menor competitividad. En 2020, hubo un incidente grave que casi desincronizó el este y oeste de Europa, provocando un apagón en más de una decena de países. Sin embargo, en el caso del apagón reciente, España pudo recuperarse casi plenamente en 24 horas gracias al respaldo galo de Marruecos. La interconexión eléctrica entre España y Francia a través de los Pirineos, conocida como la interconexión Baixas–Santa Llogaia, tiene una capacidad de 2.000 megavatios (MW), pero aún no es suficiente para alcanzar el objetivo mínimo del 15% de interconexión respecto a la capacidad total instalada. La Comisión Europea pide alcanzar un 10% de interconexión, pero España sigue en un 6,5%.