
La diversificación se ha consolidado como el fundamento de toda estrategia prudente de inversión desde la Teoría Moderna de Carteras de Harry Markowitz en 1952. Según el Global Competitiveness Report del World Economic Forum (2023), los países con mayor diversificación sectorial tienen mejores índices de resiliencia macroeconómica. El economista Dani Rodrik sostiene que las economías diversificadas son más estables y más inclusivas. La diversificación es una herramienta de crecimiento y redistribución, y los gobiernos tienen el deber de promoverla como política pública. La OCDE y la CEPAL han identificado tres ejes fundamentales para la diversificación: infraestructura estratégica, educación y formación técnica, y política industrial proactiva. Países como Alemania, Corea del Sur e Israel han diversificado sus economías con éxito. La diversificación no implica eliminar ventajas comparativas, sino ampliarlas y combinarlas con autonomía estratégica.