
La Tarte Tatin, originaria de Francia a finales del siglo XIX, es el pastel 'al revés' más emblemático. Nació por accidente en el hotel de las hermanas Tatin, cuando Stéphanie cocinó las manzanas con azúcar y mantequilla sin colocar la masa debajo. El pastel de fresas 'al revés' es una variante que combina tradición, sencillez y sabor, utilizando 250 g de harina, 3 huevos, 120 ml de leche, 500 g de fresas frescas y 25 g de azúcar blanca fina. Se hornea a 180 °C durante 35-45 minutos y se deja enfriar 10-15 minutos antes de desmoldar.