
La expresión 'no hay moros en la costa' se origina en la ocupación musulmana de la Península durante ocho siglos y en los ataques de los piratas berberiscos durante más de dos siglos. Después de la Reconquista en 1492, se instalaron torres para vigilar la costa y alertar de posibles extraños. La expresión se utiliza para advertir que no hay peligro ni amenaza. También se mencionan otras expresiones similares como 'trabajar como un chino' y 'dinero negro', que tienen orígenes históricos y culturales específicos.