
Un estudio reciente de las universidades de Washington y Cornell, liderado por Jonathan Losos y Abby Grace Drake, analiza cráneos de cientos de ejemplares domésticos y salvajes usando tecnología 3D, revelando que los humanos han moldeado activamente a sus mascotas para que luzcan de manera similar, con características como caras achatadas, ojos grandes y cabezas redondeadas, debido al 'efecto bebé' que despierta nuestra necesidad de cuidar, lo que ha llevado a problemas de salud en algunas razas, como dificultades respiratorias y deformaciones dentales, y se propone limitar o prohibir la cría de animales con cráneos excesivamente cortos, después de más de 50 millones de años de evolución