
En la ciudad croata de Trogir, se descubrieron los restos de dos gemelos de la Antigua Roma, un niño y una niña, enterrados cara a cara en una sencilla fosa hace casi 2.000 años. El análisis forense reveló que murieron posiblemente debido a enfermedades metabólicas crónicas y contaminación por plomo. La datación sitúa el entierro entre finales del siglo I y el siglo II d.C. Los investigadores confirmaron que los individuos eran gemelos fraternales y que su salud reflejaba directamente el estado nutricional de su madre. El plomo estaba presente en numerosos objetos cotidianos del mundo romano y podía llegar a los fetos a través de la placenta o de la leche materna, afectando el desarrollo óseo y metabólico.